Muchas veces se nos cruzan personas que solo están destinadas a pasar por un momento en nuestras vidas. En otras ocasiones, vienen para quedarse y en otras para cambiarnos la vida. Tal es el caso de Sergio Ponce a quien la insistente invitación de una vecina y su intención de apoyarle hizo que tocara una puerta que le abriría a un mundo lleno de oportunidades y sueños por cumplir a través de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez.