Historia:

Desde 1985, Isabel Gutiérrez de Bosch, conocida cariñosamente como Doña Isabelita, fue Presidenta de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez, brazo social de CMI y encargada de formalizar los proyectos benéficos de las familias Bosch Gutiérrez y Gutiérrez Mayorga. A través de la fundación, se canalizan y centralizan los programas en educación y salud de cada una de las empresas de la corporación.

CMI es una corporación familiar multilatina que tiene 100 años generando inversión y empleo en la región, integrada por más de 40 mil colaboradores, con presencia en más de 15 países, muchos de ellos ubicados en la región de Latinoamérica y Estados Unidos.

Doña Isabelita nació en San Cristóbal Totonicapán, Totonicapán, el 23 de julio de 1931. Sus padres fueron el señor Juan Bautista Gutiérrez y la señora Felipa Gutiérrez Álvarez, oriundos de Campiellos y Villa Morey, Asturias, España. Realizó sus estudios en el Colegio Teresa Martín de la Ciudad de Quetzaltenango, donde se graduó de Secretaria Ejecutiva.

Desde temprana edad se inició en el servicio social al lado de su padre. Como secretaria ejecutiva de Molino Excélsior, en Quetzaltenango, apoyó, junto a su padre, los proyectos Rotarios y en la Beneficencia Española.

En 1951 se casó con el señor Alfonso Bosch Soto, viviendo sus primeros ocho años de vida conyugal en la ciudad de Quetzaltenango, donde nacieron sus tres hijos mayores: Juan Luis, Jorge Alfonso y María Isabel. Unos años después, en la Ciudad de Guatemala, nacieron Felipe Antonio y Claudia.

Al trasladarse la familia a la Ciudad de Guatemala en 1959, los hijos del matrimonio Bosch Gutiérrez iniciaron sus estudios en el Liceo Javier y el Colegio Monte María, donde Doña Isabelita encontró la oportunidad de apoyar en la Asociación de Padres de ambos colegios.

Desde el año 1960, los esposos Bosch Gutiérrez se integraron al Club Rotario de la Ciudad de Guatemala como Rotario y Dama Rotaria, respectivamente. Tuvieron la oportunidad de desempeñar los cargos de Secretaría, Tesorería, Vicepresidencia y Presidencia, dirigiendo múltiples proyectos de beneficio social en áreas de salud y educación.

Lamentablemente, en 1974, mientras se encontraban realizando una misión Rotaria de llevar víveres a los damnificados por el huracán “Fifí” en Honduras, fallecieron trágicamente su esposo, Alfonso Bosch Soto, y su hermano, Dionisio Gutiérrez Gutiérrez.

Es así como en el Liceo Javier, Doña Isabelita fundó la primera cafetería del colegio. En 1976, siendo presidenta de la Asociación de Padres de Familia en el Colegio Monte María, llevó a cabo la primera edición del libro de cocina “Nuestras Recetas”. Este libro se realizó con el propósito de recaudar fondos para otorgar becas de estudios en el mismo colegio. Actualmente, el libro circula en su 7ª. Edición.

Colaboró en diversas organizaciones de beneficencia, entre ellas Aldeas Infantiles S.O.S, CERVOC y Asociación del Corazón Infantil. Fue presidenta de la Junta Fiscalizadora de los fondos de FUNDABIEM entre 1986 y 1995, presidenta del Consejo de Bienestar Social durante 1995 y 1997, y presidenta de Fundación de Auxilio a Niñas en Riesgo (Fundaniñas) de 1990 a 2018.

En 1987 fue nombrada presidenta del Comité de Damas Rotarias y luego recibió el premio de Oro, entregado por Rotary Internacional. Asimismo, fue también presidenta del Comité de Remodelación del Obelisco y Campaña Ladrillos por Amor.

A lo largo de su trayectoria, Doña Isabelita, ha recibido una serie de galardones y reconocimientos por su ardua labor en el campo de la beneficencia. En 1990 recibió el reconocimiento “Paul Harris” de Rotary Internacional. En 1993 se le otorgó la Orden Dolores Bedoya de Molina en grado Gran Collar y en 1995 obtuvo el reconocimiento “Exaltando Nuestros Valores” del Banco Industrial.

También posee la Medalla ONAM, que le otorgó la oficina Nacional de la Mujer en 1998 y la orden de Obras Sociales del Hermano Pedro recibida en 1999.

En 1997, la Fundación Brugal en República Dominicana entregó a Doña Isabelita el reconocimiento internacional “Brugal Cree en su Gente” y este mismo año fue reconocida por ser la primera Mujer Rotaria del Club de Ciudad Guatemala.

Fue también presidenta del Comité de Emergencias durante el período 2001-2015 y presidenta de los Comités de Celebraciones y Construcción de Obra Centenario en Guatemala durante los años 2004 y 2005. En este período, se otorgó a Doña Isabelita la mención de Rotaria del Año del Club Ciudad de Guatemala.

También estuvo a cargo de la presidencia de las celebraciones Centenario Rotary y del Club Rotario Ciudad de Guatemala durante el 2002 y el 2003. Previo a esto, en el 2000 y 2001, fue Asistente del Gobernador de Distrito para Guatemala. Así mismo, en 1999 fue Macero de la Conferencia Distrital, incluyendo a Guatemala, Honduras, Belice y El Salvador.

Luego, en 2005 recibió la orden del Quetzal, en grado de Gran Oficial. En 2012, Rosa Clará ofreció el Galardón de mujeres que han dejado huella por su obra social a Doña Isabelita y tres años más tarde, obtuvo un reconocimiento especial por Rotary Internacional por su Servicio Rotario en la celebración de los 90 años de Rotary en Centroamérica. Galardón Tenedor de Oro, otorgado por la Feria Alimenticia en el 2019.

Doña Isabelita fue presidenta del Proyecto de Nutrición del Club Rotario de Guatemala, durante el período 2013-2018.

Como un reconocimiento al esfuerzo incansable y a la increíble labor que realizó día con día en beneficio del desarrollo de miles de guatemaltecos, en el año 2018, fue creada la Fundación que lleva su nombre, la cual busca unir esfuerzos multisectoriales y coordinar iniciativas a favor de la primera infancia.

En el 2020 fue seleccionada por la revista Forbes Centro América, dentro de las 100 mujeres más poderosas y desea entregarle el reconocimiento a la excelencia empresarial 2020, como un agradecimiento a su trayectoria como filántropa y empresaria.

El 6 de septiembre del 2020, fallece a los 89 años en la Ciudad de Guatemala. El Equipo de la Fundación Juan Bautista Gutiérrez recordará a Doña Isabelita por su ejemplo de amor, respeto, dedicación, carisma, solidaridad y labor en beneficio de la educación, empoderamiento de la mujer y salud guatemalteca, que perdurará en el corazón con un legado que trascenderá.


La vida de ella es un ejemplo de amor al prójimo y servicio a la comunidad. Encontró su pasión desde muy joven: darlo todo para ayudar a quien lo necesitara. A  pesar de que ella ya no está presente entre nosotros, su legado continúa y se fortalece en el corazón de cada persona que fue impactada por sus miles actos de amor. A pesar del tiempo, Doña Isabelita vive en cada niño, joven, mujer y adulto cuyas vidas son cambiadas por los programas que iniciaron en su corazón.

 

Desde la Fundación Juan Bautista Gutiérrez y CMI, aunque el tiempo transcurra, así recordaremos su trayectoria como filántropa, siempre al servicio de las personas más necesitadas y mediante esta Fundación continuaremos su legado, contribuyendo al país en Educación y Salud.